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RUTAS DE COMUNICACIÓN PREHISPÁNICAS Y GEOPOLÍTICA EN LAS MONTAÑAS DEL NORTE DE CHIAPAS, MEXICO

Published online by Cambridge University Press:  22 July 2021

Alejandro Sheseña*
Affiliation:
Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, Calzada Samuel León Brindis esq. Boulevard Belisario Domínguez, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México 29000
Josuhé Lozada
Affiliation:
Instituto Nacional de Antropología e Historia, Calzada de los Hombres Ilustres número 885, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México 29000
Alejandro Tovalín
Affiliation:
Instituto Nacional de Antropología e Historia, Calzada de los Hombres Ilustres número 885, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México 29000
Francisco Cruz
Affiliation:
Investigador independiente
*
E-mail correspondence to: sesena@hotmail.com
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Resumen

Este artículo se centra en la reconstrucción de las rutas de comunicación que transitaban por una de las áreas menos estudiadas del norte de Chiapas durante el periodo clásico. El resultado es ilustrado a través de un mapa de rutas óptimas, publicado por vez primera, elaborado con auxilio de SIG. Las rutas reconstruidas son además discutidas en el artículo como determinantes para la configuración de la geopolítica local prevaleciente en ese entonces. Este artículo tiene el mérito adicional de reunir toda la información existente que había estado dispersa sobre sitios arqueológicos en esta área de estudio.

Type
Research Article
Copyright
Copyright © The Author(s), 2021. Published by Cambridge University Press

INTRODUCCIÓN

En el área geográfica comprendida entre el valle de Ocosingo y las llanuras de Tabasco, en dirección noroeste desde el sitio arqueológico de Toniná, en las montañas del norte de Chiapas, se ha hallado, desde el siglo dieciocho y hasta la fecha, una cantidad importante de sitios arqueológicos con presencia de estructuras arquitectónicas y, en varias ocasiones, objetos portables, esculturas, restos de murales, y fascinantes ejemplares de arte rupestre con rasgos pertenecientes a la antigua cultura maya. Algunas de estas obras destacan por contener, en particular, textos jeroglíficos correspondientes al periodo clásico.

Tal riqueza de sitios no se observa en áreas circunvecinas, lo que lleva a preguntarnos sobre las razones de tal preferencia geográfica. A partir de la consideración de su ubicación, en el presente artículo se argumentará que el emplazamiento de estos sitios está definido, en importante grado, por la existencia ahí de destacables rutas prehispánicas de comunicación ampliamente usadas por la población local de aquél entonces, lo que a su vez configuró determinada geopolítica en la región. Para tal fin, y considerando que ya Navarrete (Reference Navarrete1973:34) en su momento había observado que en general los caminos coloniales y actuales están en realidad trazados sobre antiguas rutas prehispánicas, en los siguientes párrafos se contrastará la localización de todos los sitios arqueológicos reportados con los datos proporcionados por las fuentes etnohistóricas relativos a la presencia de caminos en esta región existentes desde la época colonial hasta el siglo veinte. A través de la convergencia de datos proporcionada por esta contrastación se evidenciará la existencia de las antiguas rutas de comunicación referidas. Estas rutas generales serán a su vez ilustradas con mayor precisión a través de un mapa elaborado con auxilio de los sistemas de información geográfica (SIG). Anaya (Reference Anaya Hernández2006; Anaya et al. Reference Anaya Hernández, Guenter, Beck and de la Cueva2011) y Schroeder y colegas (Reference Schroeder, Golden, Scherer, Jiménez Álvarez, Dobereiner and Cab2017) ya han mostrado con anterioridad la utilidad y pertinencia de la aplicación del SIG en la reconstrucción de rutas de comunicación prehispánicas. La visualización de estas vías en nuestra área de estudio permitirá más adelante reflexionar sobre el significado que éstas tuvieron en su momento para la economía y política de los sitios arqueológicos involucrados.

Algunos elementos del presente artículo están basados en materiales publicados previamente (Sheseña Reference Sheseña2017; Sheseña y Sánchez Gamboa Reference Sánchez Gamboa, Sheseña and Krempel2019). Dichos materiales corresponden a dos de los tramos de las rutas que aquí se discuten y su uso en esta ocasión se da en el contexto de una exposición más amplia sobre las rutas completas y su papel en el pasado prehispánico de la región. El artículo se presenta en el marco de las actividades del Proyecto Arqueológico Bolonkin, dirigido por Alejandro Tovalín y Alejandro Sheseña.

AMBIENTE GEOGRÁFICO

Es necesario iniciar por evidenciar el papel que la topografía local juega en la definición de rutas de comunicación en el área de estudio. El espacio que nos concierne se localiza en el norte de Chiapas sobre terrenos cársticos calcáreos caracterizados por una sucesión de anticlinales y sinclinales, originada por movimientos tectónicos, que da forma a tres grandes cordilleras paralelas (sur, central, y norte) que corren en dirección noroeste-sudeste, iniciando en Tabasco y finalizando en la Selva Lacandona (Breton Reference Breton1984:41–45). La altura de estas tres cadenas varía en sus diversas cimas, encontrándose la más alta de ellas, en el área de nuestro estudio, a 2.470 msnm (montaña Ajkabalna). Los dos largos valles que se forman entre las tres cordilleras modelan una suerte de dos corredores naturales paralelos (sur y norte), con algunas variaciones en su altura sobre el nivel del mar, que comunican diversos rincones de las tierras bajas lacandonas con diversos puntos de la planicie de Tabasco (Sheseña Reference Sheseña2017; Sheseña y Sánchez Gamboa Reference Sánchez Gamboa, Sheseña and Krempel2019; Sheseña y Tovalín Reference Sheseña and Tovalín2021).

El corredor sur tiene uno de sus extremos en el área del poblado actual de Tapijulapa, Tabasco, y el otro en el área de la laguna Miramar en la Selva Lacandona. A la mitad de este trayecto, en el área de las actuales comunidades de Guaquitepec y Sitalá, la altura del corredor se eleva levemente, formando, del lado noroeste, el tramo que corre a través del valle de Huitiupán y, del lado sureste, el tramo que transita por el valle de Ocosingo, donde se localiza Toniná. En el mismo orden, el corredor norte tiene uno de sus extremos en el área del poblado actual de Puxcatán, Tabasco, cercano a Tapijulapa, y, el otro, de nuevo en el área de la laguna Miramar. De la misma manera, a la mitad del trayecto la altura de este corredor se eleva en el área de la comunidad actual de Mojchum, formando, del lado noroeste, el tramo donde se localizan las comunidades de Sabanilla, Tila, Petalcingo, Yajalón, Chilón, y Bachajón y, del lado sureste, el tramo que se extiende por el valle del río Naranjo, en cuyo extremo oriental se localiza la comunidad actual de Monte Líbano (Figura 1).

Figura 1. Mapa que muestra el área de estudio del presente artículo. Se muestran algunos poblados actuales y los sitios arqueológicos de Toniná y Palenque como referencia. Mapa elaborado por Lozada y Arturo Jiménez.

Cabe destacar en esta geografía la existencia de especies de pasos, conexiones o ventanas entre los dos corredores, pasos localizados en aquellos lugares donde la altura de las cordilleras desciende. Dos de estos pasos se localizan en el área de Tumbalá y en el área de Guaquitepec-Sitalá.

Gracias a su naturaleza, estos dos corredores se presentan como verdaderas vías de comunicación para pueblos dispuestos a aprovecharlas en viajes de distinta índole desde el interior de Chiapas a las llanuras de Tabasco y viceversa. De hecho, como veremos, los sitios arqueológicos en cuestión, así como los propios poblados indígenas actuales, en realidad se encuentran justamente a lo largo de estos corredores o en las ventanas o pasos más accesibles o mejor ubicados geográficamente. En contraste, no hay tal abundancia de sitios arqueológicos, por lo menos reportados, fuera de estos dos corredores.

LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Son en total 35 los sitios arqueológicos que se hallan en el espacio geográfico delimitado. Su caracterización general en los siguientes párrafos se hace a partir de las diversas notificaciones, reportes o informes existentes elaborados en su momento por exploradores, viajeros, diletantes, y arqueólogos profesionales. Estas fuentes, algunas de ellas inéditas, habían permanecido dispersas, razón por la cual el trabajo para el presente artículo inició por la recopilación de toda esta documentación.

Conviene precisar como particularidad que algunas de estas fuentes son reportes arqueológicos profesionales, mientras que otros, escuetas referencias. Además, en varios casos no todos los sitios pudieron ser visitados por los autores correspondientes, limitándose éstos a recopilar datos a partir de informantes locales, por lo que para varios sitios sólo contamos con referencias aproximadas sobre su ubicación y extensión. En el caso de los sitios visitados, sea con realización de excavación o con sólo prospección de superficie, los datos proporcionados por los reportes son todavía incipientes y no se ha vuelto a visitar estos sitios debido a problemas de diversa índole, entre ellos conflictos sociales locales. La información de estas fuentes, como podemos observar, es entonces muy heterogénea en su contenido y extensión. Sin embargo, para los fines del presente artículo, la información con la que se cuenta se muestra suficiente.

Como se señaló al inicio del artículo, la mayor parte de estos sitios muestran rasgos correspondientes al periodo clásico, lo cual se indica en cada caso. No se hace indicación de datación alguna para aquellos sitios que no presentan elementos diagnósticos. Estos últimos, sin embargo, en virtud del contexto en donde se encuentran, son considerados en la discusión posterior como posibles contemporáneos de aquellos fechables.

Los sitios se enlistan a continuación, organizándolos de acuerdo con el corredor natural donde se localizan, partiendo de Toniná hacia el noroeste. Excepcionalmente se considerará, para la argumentación posterior, algunos sitios localizados al oriente de Toniná. Se inicia con el corredor sur y se prosigue con el corredor norte. Por falta de espacio no expondremos aquí toda la información con la que contamos para cada sitio, sólo se proporciona el rasgo distintivo de acuerdo con los reportes correspondientes consultados; sin embargo, pormenores destacables de algunos sitios se discutirán más adelante. Si el lector requiere de más información, sugerimos consultar las referencias bibliográficas citadas en su lugar, entre las cuales se incluyen desde las más antiguas hasta las de más reciente publicación. Habiéndose hecho las aclaraciones pertinentes, los sitios y su localización general son los siguientes:

En el corredor sur, al noroeste del valle de Ocosingo, en el área de las comunidades de Guaquitepec y Sitalá:

Figure 2. Monumentos de estilo o influencia de Toniná hallados fuera de la capital de esta entidad política. (a) Estela de Guaquitepec, Chiapas. Dibujo de Ian Graham. (b) Pedestal de Santoton, Chiapas. Fotografía de Frans Blom. (c) Escultura y pedestal de Chuktiepa, Chiapas. Dibujos de Frans Blom. (d) Yugo de Bolonkin, Chiapas. Fotografía de Thomas Lee. (e) Escultura de Tortuguero, Tabasco. Dibujo de Frans Blom.

En el corredor sur, tramo noroeste, valle de Huitiupán:

Por su relevancia en la interpretación, también describiremos los sitios ubicados en el corredor norte, tramo sureste, valle del río Naranjo:

En el corredor norte, tramo noroeste, área del actual poblado de Bachajón:

Además, Blom halló en rincones cercanos a Bachajón dos tapaderas de incensarios con forma de cabeza antropomorfa de estilo clásico tardío que actualmente se hallan expuestas en el museo Na Bolom en San Cristóbal de Las Casas (Becquelin y Baudez Reference Becquelin and Baudez1982:1241).

En el corredor norte, tramo noroeste, área de Chilón:

En el corredor norte, tramo noroeste, área de Yajalón:

En el corredor norte, tramo noroeste, área de Tila:

En el corredor norte, tramo noroeste, área de Sabanilla:

  • Emiliano Zapata. Estructuras arquitectónicas.

  • Mumunil. Cueva con cráneos y cerámica (Piña Chan Reference Piña Chan1967:71).

  • El Porvenir. Cueva con “ídolos de barro” (Blom Reference Blom1961:119).

Por último, en el corredor norte, tramo noroeste, en el paso de Tumbalá:

Como lo indicamos al inicio del artículo, la aseveración acerca de la estratégica ubicación de los sitios enumerados puede confirmarse contrastando la información anterior con los datos que aportan las evidencias etnohistóricas generadas desde la colonia hasta el siglo veinte sobre vías generales de comunicación en la región de estudio. Por ello, en los siguientes párrafos se atraerá información de dichas fuentes que evidencia la localización de los poblados coloniales y modernos asociados con los sitios arqueológicos en cuestión, en varios caminos extendidos justo a lo largo de los corredores naturales mencionados y que, a través de la historia desde la época prehispánica, han sido usados para la comunicación desde el interior de Chiapas hacia Tabasco o viceversa.

REFERENCIAS DOCUMENTALES SOBRE CAMINOS EN LA REGIÓN

De acuerdo con las referencias más antiguas disponibles, correspondientes a inicios del siglo dieciocho, uno de los caminos, el llamado “Camino Real de los Zendales”, que comunicaba a Ciudad Real con Tabasco, pasaba por la región del norte de Chiapas en un itinerario que incluía, en el orden de seriación que se indica, las comunidades de Cancuc, Guaquitepec, Bachajón, Chilón, Yajalón, Petalcingo, Moyos, Puxcatán, Tapijulapa hasta desembocar finalmente en Tacotalpa, Tabasco (Viqueira Reference Viqueira1997:279; Vos Reference Vos2011:187–188). En estas mismas fechas, desde Yajalón partía en dirección contraria otro camino, pero con destino a Campeche, el mismo que transitaba a través de Tumbalá y Palenque (Viqueira Reference Viqueira1997:280).

Una ruta más en nuestra área de estudio, existente también a principios del siglo dieciocho, es aquella que delineaban los habitantes de Huitiupán en su transitar a través del valle homónimo hacia la citada comunidad de Guaquitepec (y de retorno), la cual en ese entonces representaba un importante centro de culto para los tseltales (Viqueira Reference Viqueira1997:259, 263, Reference Viqueira, Viqueira and Ruz2004:114). Es posible que este viaje siguiera aproximadamente el itinerario usado por Frans Blom, Gertrudis Duby, y Adrián Porras en el siglo veinte al transitar por este corredor desde Huitiupán hasta el área cercana a Sitalá. Su recorrido incluyó los siguientes puntos: Huitiupán, Portugal, Rancho Santo Domingo, Santa Lucía, Aurora, Betania, San Caralampio, San Rafael, y Finca Captetaj (Blom et al. Reference Blom, Duby and Porras1954:35). En el sentido contrario, según datos del segundo tercio del siglo diecinueve, de Huitiupán se podía transitar hacia Tabasco a través de San Pedro, Sacaltic, y Amatan, para desembocar de nuevo a Tapijulapa y Tacotalpa (Trens Reference Trens1957:229).

Para finales del siglo dieciocho, las rutas desde Ciudad Real hacia Tabasco seguían siendo las mismas, según lo que evidencia el obispo Manuel García de Bargas y Rivera en su relación de pueblos del Obispado de Chiapas (año 1774). De acuerdo con el religioso, desde Ciudad Real hacia el norte de Chiapas las localidades que en la región en cuestión se encontraban eran: Cancuc, Guaquitepec, Sitalá, Bachajón, Chilón, y Yajalón. A partir de aquí se desprendía una ruta hacia Petalcingo y Tila, y otra hacia Tumbalá y Palenque (Navarrete Reference Navarrete1973:63–64).

Esta última ruta es la que usaría Guillaume Dupaix al viajar desde Guatemala a Palenque en 1807. El anticuario transitó a través de Comitán, Ocosingo, Chilón, y Yajalón para continuar por Tumbalá hasta llegar a Palenque (Vargas y Ochoa Reference Vargas and Ochoa1982:72). De la misma manera, años más tarde, John Lloyd Stephens, quien durante su viaje de 1839–1840 llegó al norte de Chiapas desde Guatemala a través de Comitán, llevó a cabo el tramo de Ocosingo a Palenque, pasando en una primera instancia por el pueblo de Huacachahoul (al norte-noroeste de Ocosingo), y de ahí a Chilón y Yajalón. Después caminaron a lo largo de los bordes de una meseta que miraba hacia el valle del río Tulijá hasta llegar a Tumbalá, para continuar después hacia San Pedro Sabana y de ahí a Palenque (Stephens Reference Stephens and Lemus1989:41–43, 47).

Para la primera mitad del siglo veinte, y de acuerdo con los mapas, diarios, e itinerarios de viaje inéditos de Frans Blom, el camino proveniente de Bachajón hacia la Selva Lacandona, en dirección sureste por el corredor norte, pasaba, en su correr, por las fincas y poblados del valle del río Naranjo: Jericó, Ofir, San José Reforma, Santa Catarina Najós, Sobojicte, Chacalaltic, El Recreo, Nuevo México, El Real, Yaxoquintela, Banavil, Santa Isabel, río Jetha, y finalmente Monte Líbano (Blom Reference Blom1929, Reference Blom1948a:181–233, Reference Blom1948b, Reference Blom1950; Blom y Duby Reference Blom and Duby1957:89–91). Éste era el camino, en tiempos del recorrido de Blom y La Farge, que seguían los tseltales de Bachajón cuando se trasladaban a trabajar a las fincas enumeradas (véase Legorreta Reference Legorreta2016:89).

La misma ruta, pero en el sentido inverso, fue seguida por Gertrudis Duby en un viaje realizado por ella en 1961 por casi toda la extensión del mismo corredor norte, partiendo desde Monte Líbano hasta el río Ixtelha, en el actual municipio de Tumbalá, al norte de Bachajón. Duby siguió un camino que partía de Monte Líbano, pasando por las fincas, ranchos, y poblados del valle del río Naranjo, es decir, Jetha, Santa Isabel, Yaxoquintelá, El Real, Nuevo México, Sobojicte, San José Reforma, Tontequil, y después, en la salida del valle en cuestión, Pohkool, el Carmen, Jericó, y Shokhotha. Su camino hacia el norte de Chiapas por el mismo corredor lo prosiguió por Temó, Joybe, Bachajón, Santa Clara, Las Delicias, Chilón, Yajalón, Unión, El Paraíso, Hidalgo, Estrella de Belem, Yebalchen, Tumbalá, La Sombra, Obregón, El Porvenir, y finalmente el río Ixtelha (Duby Reference Duby1961a, Reference Duby1961b).

Cabe señalar que parte de esta última ruta está también atestiguada en la tradición oral de Bachajón, que versa sobre la victoria de los bachajontecos contra los llamados caribios que los atacaban constantemente, incursionando desde la Selva Lacandona. Según esta tradición, los caribios en su última travesía hacia Bachajón transitaron por los sitios de Tihtibilsibak, Mojchum, y río Yaxte'elha'; en este último lugar, a 5 km de Bachajón, fueron vencidos por el líder de los bachajontecos (Méndez Gómez Reference Méndez Gómez2011:64, 87; Moreno Jiménez Reference Méndez Gómez2011:111–118).

El viaje de retorno de Duby desde el río Ixtelha a San Cristóbal de Las Casas en 1961 llevó un itinerario interesante: Yajalón, Chilón, Bachajón, Rancho El refugio, Rancho Jotalá, Rancho Las Vistillas, Rancho Nachacal, y finalmente Ocosingo (Duby Reference Duby1961a, Reference Duby1961b). A partir de aquí, Duby partió hacia el poniente, al sitio arqueológico de Wolonchan, este último localizado, como vimos, en el acceso al valle de Huitiupán. Duby transitó por los siguientes puntos intermedios: Rancho El Contento, Sibacá, Finca La Providencia, Rancho El Retiro Pomolá, río Pomolá, El Roblal, Mequehá, Rancho San José Chivalhá (Hoolhá), Guaquitepec, Rancho San Antonio, río Sanula, río Chencan, una cascada, Rancho Chutel, La Unión, y finalmente Golonchan (Wolonchan); después partiría a San Cristóbal (Duby Reference Duby1961a, Reference Duby1961b).

Los cafeticultores y arrieros locales de mediados del siglo veinte que aún viven coinciden en que la ruta comercial que iniciaba en San Cristóbal de Las Casas hacia Salto de Agua o hacia Tabasco pasaba en uno de sus tramos por Chilón y Yajalón. De este último poblado los arrieros tomaban la ruta Tumbalá, Trinidad, Chival si el objetivo era Salto de Agua, o se desviaban por Petalcingo, Mumunil, Sabanilla, Rancho La Lámpara, Puxcatán, Tapijulapa si su destino era Tabasco (Andrade García y Mejía González Reference Andrade García, González, Kauffer and Castillejos2015:108). Esta desviación es la misma que entre 1915 y 1925 llevaba el café de la finca Mumunil a Tabasco, pasando por Moyos, Puxcatan, y Tapijulapa (Moscoso Pastrana Reference Moscoso Pastrana1988:32; Pérez Ocaña Reference Pérez Ocaña2018:200). Este último ramal es recordado incluso en las actuales leyendas locales, como aquella que narra cómo los arrieros bachajontecos, en su viaje hacia Tapijulapa y Tabasco, eran asaltados en Sabanilla por un hombre salvaje de piel negra que habitaba en una cueva cercana (Méndez Pérez Reference Méndez Pérez and Méndez Pérez2010:130).

LAS RUTAS DE COMUNICACIÓN PREHISPÁNICAS EN LA REGIÓN

Los datos etnohistóricos citados evidencian con claridad la presencia de estratégicas rutas de comunicación que transitan justo donde se localizan los sitios arqueológicos en cuestión (y los actuales poblados cercanos), lo que permite señalar que, en efecto, la utilidad de estas vías en la antigüedad alentaba, en importante medida, el emplazamiento de los sitios descritos en las cercanías de estas rutas y no en áreas adyacentes. Los datos etnohistóricos también permiten visualizar el trayecto general que tenían estas vías prehispánicas, trayecto que coincide con los corredores y pasos naturales en cuestión.

Con el propósito de apreciar de manera gráfica y con mayor precisión estos derroteros generales, se elaboró un mapa con auxilio de SIG. Para ello, se inició con la búsqueda de los insumos cartográficos para su procesamiento en el programa ArcGis 10.2. Estos insumos constan de archivos shapes proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), el Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Los archivos shapes que fueron utilizados para el presente trabajo son los relacionados con la altimetría, cuerpos de agua (ríos, lagunas, y arroyos), comunidades actuales de referencia, y sitios arqueológicos.

Para obtener el modelo digital de elevación (MDE), se cargó en el ArcGis 10.2 la capa de altimetría para la región, la cual contiene una malla regular de puntos de altitud que representa la elevación media de la superficie, y posteriormente se obtuvo la red de triángulos irregulares (TIN) mediante la capa de altimetría del área de estudio.

Tras haber realizado el MDE se cargaron los sitios arqueológicos de interés. Las coordenadas de estos sitios fueron tomadas del Catálogo de sitios arqueológicos del INAH. Dado que no todos los sitios están incluidos en esta base de datos, para posicionar los faltantes en el mapa se usaron las coordenadas de las referencias geográficas más cercanas según los reportes correspondientes, en particular comunidades indígenas. Entonces se procedió a realizar el Cálculo de Rutas Óptimas, también conocido como Rutas de Coste Mínimo, el cual se refiere al desplazamiento del ser humano por el terreno y al grado de accesibilidad entre sitios. Como bien lo ha señalado Armando Anaya (Anaya Hernández et al. Reference Anaya Hernández, Guenter, Beck and de la Cueva2011; véase también Heredia y Anaya Hernández Reference Heredia, Hernández and Hernández2018), el Cálculo de Rutas Óptimas permite modelar el movimiento a pie de las personas a través de lugares, teniendo en cuenta diferentes variables como la influencia de la pendiente o la presencia de accidentes topográficos y cuerpos de agua en el paisaje, lo cual funciona como modelo predictivo en arqueología.

Para la realización del Cálculo de Rutas Óptimas, primeramente se posicionan cuatro puntos georeferenciados en el SIG de manera que cubran el área total donde se realizará el análisis espacial. Posteriormente se inicia la herramienta Arc Tool Box y se selecciona Spatial Analyst Tools para ejecutar el Cost Distance. Esta herramienta permite analizar cuál es el costo de distancia o menor costo acumulativo sobre una superficie para identificar la ruta óptima entre dos sitios de interés. Después se ejecuta el Cost Back Link para definir al vecino más cercano en las celdas del grid, tomando en cuenta el coste acumulativo por dirección. Finalmente, a través del Cost Path, que retoma elementos del “modelo anisotrópico”, donde el valor de coste de las celdas depende de la dirección que se tome al cruzar la celda sobre la capa raster, es posible trazar la ruta óptima o ruta de menor costo energético de un sitio a otro.

Con estas herramientas se conectaron los sitios arqueológicos correspondientes a la ruta general tal como se van sucediendo a lo largo de los corredores y conexiones. Para asegurar una mayor veracidad en el trazo de los tramos arrojados por el programa, éstos fueron contrastados y confirmados con los trazos de los caminos y veredas mostrados en los mapas impresos del INEGI, los mapas de Blom, además de entrevistas con lugareños y la experiencia personal en campo. En el mapa se indican algunos asentamientos modernos sólo como referencia geográfica general. Se incluyó en el mapa una ruta más fuera del área de estudio (hacia Chalchihuitán) sólo para los fines de la discusión histórica que se ofrece más adelante. El mapa resultante, por vez primera publicado, se muestra en la Figura 3.

Figura 3. Mapa que muestra la reconstrucción de las rutas de comunicación prehispánicas a través del cálculo de rutas óptimas sobre modelo digital de elevación de la región de estudio. Elaborado por Lozada y Cruz.

Al final, en el mapa resultan dos rutas principales que coinciden con los corredores naturales sur y norte, cinco conexiones entre corredores (en las áreas de Tumbalá, Bachajón-Sitalá, Quechil, antigua hacienda San José El Real, y Delina Alta), y un cruce estratégico de caminos en Guaquitepec-Sitalá. Estas vías habrían sido ampliamente usadas por los antiguos pobladores de la región, y su uso incluso habría modelado determinada geopolítica en la región, tal como veremos a continuación.

DISCUSIÓN

La reflexión que sigue se centrará en los aspectos más destacables de la geopolítica que resulta de la explotación que las antiguas entidades políticas interesadas hacían de las vías de comunicación señaladas. Cabe aclarar que la reconstrucción que se presenta corresponde exclusivamente al momento que reflejan las fuentes disponibles, ya que la configuración en realidad podía cambiar a lo largo del tiempo. Debido a las limitaciones de espacio, algunos pormenores de la discusión no serán abordados en esta ocasión.

Ya Navarrete y colegas habían advertido el gran empuje que manifestaban los sitios mayas de las montañas del norte de Chiapas por controlar los grandes pasos naturales que bajaban al Golfo (Navarrete et al. Reference Navarrete, Lee and Rhoads1993:128). La existencia de cerámica y monumentos de piedra de estilo Toniná en varios de los sitios enumerados (Figura 2) indica con claridad que el principal interesado (aunque no el único) en esta empresa era esta entidad política, por lo menos desde el gobierno de Kihnich Baknal Chahk (quien ascendió al trono en el año 688 d.C.). Recuérdese que durante el mandato de este gobernante, Toniná llevó a cabo una lucha crucial por el control de la región (Martin y Grube Reference Martin and Grube2008:181–183). El interés de Toniná no era para menos. Consideramos que la presencia de esta entidad en prácticamente toda el área obedecía a su necesidad de asegurarse las vías de comunicación para el abastecimiento de materias primas foráneas que requería y que eran inexistentes en el valle de Ocosingo.

De acuerdo con un estudio reciente de Taladoire (Reference Taladoire2016), la élite de Toniná consumía materias primas exógenas tales como obsidiana gris de Tajomulco, San Martín Jilotepeque, y El Chayal (Guatemala), así como obsidiana verde (muy poca) de Pachuca (México), también jadeíta procedente del Motagua (Guatemala) o posiblemente de Chalchihuitán (Chiapas), vajilla Gris Fino y Anaranjado Fino originaria de Tabasco, La Chontalpa, Palenque, o Jonuta, y conchas marinas Spondilus sp. de la costa del Golfo (Becquelin y Baudez Reference Becquelin and Baudez1979:208, Reference Becquelin and Baudez1982:1036–1037, Reference Becquelin and Baudez1988:46; Taladoire Reference Taladoire2016:15, 20, 22, 27).

Como se puede notar, la mayor parte de estas materias primas proceden de la planicie de Tabasco o pasan en su trayectoria por ahí. Recuérdese que Tabasco representaba en ese entonces el principal cruce de corredores comerciales entre el centro de México y la zona maya (Attolini Lecón Reference Attolini Lecón, Towell and Lecón2009:66; Navarrete Reference Navarrete1973:34), por lo que debió ser un destino de primera importancia a alcanzar por Toniná a través de los corredores naturales. Según Thompson (Reference Thompson1997:186), justo de Tabasco era llevada la cerámica Anaranjado Fino a los Altos de Chiapas. Pero estos corredores también conducen, en el extremo opuesto, al sureste, hacia la Selva Lacandona, en donde fluían las redes de intercambio de piedra verde procedente del Motagua (Golden et al. Reference Golden, Scherer, Vásquez, Arroyave, Quiroa, Marzahn-Ramos, Muñoz, Menéndez, Valenzuela, Callejas, Montejo, Laporte, Arroyo and Mejía2008, Reference Golden, Scherer, Muñoz and Hruby2012; Lozada Toledo et al. Reference Lozada Toledo, Lastra, Rincón, Domínguez Carrasco, Gallegos Gomora, Torres and León Méndez2017). La situación anterior habría implicado la necesidad, por parte de Toniná (y otras entidades), de asegurarse el control de las rutas hacia Tabasco y la Selva Lacandona definidas por los corredores naturales en cuestión.

Para el caso del corredor norte, un punto relevante en el trayecto sin duda lo era el sitio de Ujaltón (Bassie-Sweet et al. Reference Bassie-Sweet, Laughlin, Hopkins, Bassie-Sweet, Laughlin, Hopkins and Casimir2015b:60), localizado entre Petalcingo y Tila, prácticamente en la salida hacia Tabasco a través del área de los actuales poblados de Sabanilla, Puxcatán, y Tapijulapa, alrededor de los cuales se han reportado cuevas con incensarios y otros materiales arqueológicos (Schmidt et al. 1998:613 citados en Bassie-Sweet et al. Reference Bassie-Sweet, Laughlin, Hopkins, Bassie-Sweet, Laughlin, Hopkins and Casimir2015b:60; Blom Reference Blom1961:119; Piña Chan Reference Piña Chan1967:71). Sin embargo, a pesar de la presencia de los tres monumentos con fechas inscritas hallados en Ujalton (685 d.C., 692 d.C., y 830 d.C.), desafortunadamente carecemos de más información sobre este sitio (y las cuevas señaladas), y sabemos aún menos de sus posibles relaciones con Toniná. El lugar nunca ha sido estudiado formalmente debido al recelo extremo de los lugareños.

El control del corredor norte por parte de Ujalton o cualquier otra entidad habría traído consigo adicionalmente el acceso a las plumas de quetzal del cerro de Tumbalá (Bassie-Sweet et al. Reference Bassie-Sweet, de Lara and Zender2000:9–10; véase también Viqueira Reference Viqueira1997:277), lugar ubicado al norte en uno de los tramos del corredor en cuestión cerca de Ujalton. En vista de la riqueza de dicho recurso natural que posee este lugar, y considerando que Tumbalá se localiza además en el paso secundario que conecta con el valle del río Tulijá, área de influencia palencana, es posible entonces que el deseo de controlar el cerro de los quetzales haya sido, por cierto, una de las causas del conflicto entre Toniná y Palenque (Sheseña y Lee Reference Sheseña and Lee2004:130–131; Taladoire Reference Taladoire2016:20).

Por otra parte, excavaciones arqueológicas recientes, llevadas a cabo por los autores de este artículo en el sitio de Bolonkin, han mostrado que en este lugar habitaba una élite capaz de importar piedra verde del Motagua y cerámica fina del Golfo de México, mostrando las mismas necesidades que su vecina Toniná (Mitrani Viggiano et al. Reference Mitrani Viggiano, Melo, Manrique Ortega, Ireta, González and Ruvalcaba Sil2017; Sheseña y Tovalín Reference Sheseña and Tovalín2021; Tovalín y Sheseña Reference Tovalín Ahumada and Hernández2015, Reference Tovalín Ahumada and Hernández2016). En este sentido, Bolonkin habría aprovechado su relativa cercanía a Ujalton y Tumbalá para salir a Tabasco. Asimismo, dada su ubicación en el corredor norte, es de suponer que Bolonkin habría usado el tramo sureste de este corredor para acceder al Usumacinta, en donde, como ya se señaló, fluían las redes de intercambio de piedra verde (Golden et al. Reference Golden, Scherer, Vásquez, Arroyave, Quiroa, Marzahn-Ramos, Muñoz, Menéndez, Valenzuela, Callejas, Montejo, Laporte, Arroyo and Mejía2008, Reference Golden, Scherer, Muñoz and Hruby2012; Lozada Toledo et al. Reference Lozada Toledo, Lastra, Rincón, Domínguez Carrasco, Gallegos Gomora, Torres and León Méndez2017).

Cabe señalar que Bolonkin como sitio se venía desarrollando por lo menos desde el año 554 d.C. (Andrieu et al. Reference Andrieu, Helmke, Kettunen, Taladoire and Tamba2012:9). Dado el contexto geográfico, era inevitable que en determinado momento Toniná fuera a atraer a Bolonkin a su área de influencia política o que incluso lo absorbiera territorialmente (Sheseña Reference Sheseña2007; Sheseña y Lee Reference Sheseña and Lee2004; Taladoire Reference Taladoire2012, Reference Taladoire2015, Reference Taladoire2016). De hecho, la cerámica recuperada de Bolonkin está relacionada con los complejos cerámicos de Toniná (Becquelin y Baudez Reference Becquelin and Baudez1982; Sheseña y Tovalín Reference Sheseña and Tovalín2021; Tovalín y Sheseña Reference Sheseña2015, Reference Tovalín Ahumada and Hernández2016). Pero es un lujoso yugo con jeroglíficos de concha incrustados localizado en Bolonkin (Figura 2d), mismo que en su texto se refiere a un distinguido funcionario perteneciente al señor de Toniná K'ihnich Baknal Chahk, lo que indica que entre los años 697 d.C. y 702 d.C. Bolonkin ya formaba parte de la esfera de influencia de Toniná, tal vez como un aliado importante de Toniná en las campañas bélicas que ésta realizaba contra Palenque a través del corredor norte y sus pasos secundarios, para asegurarse su control y la salida al Golfo (Sheseña y Lee Reference Sheseña and Lee2004:130). En este caso el yugo era evidentemente un regalo de Toniná.

Como paréntesis, el yugo claramente evidencia lo anteriormente señalado por Becquelin y Baudez (Reference Becquelin and Baudez1988:31) en el sentido de la existencia de determinada influencia cultural de la costa del Golfo sobre Toniná, o incluso acerca de la existencia de contactos precisos de esta última (y Bolonkin, por supuesto) con Tabasco (véase también Taladoire Reference Taladoire2016:23). Otro yugo, éste sin decoraciones, fue encontrado en Toniná, concretamente en la sepultura del Grupo E-3 (Becquelin y Baudez Reference Becquelin and Baudez1988:31). Como se recordará, los yugos son prueba del paso de gente proveniente del centro de Veracruz por las llanuras de Tabasco (Vargas y Ochoa Reference Vargas and Ochoa1982:97). De hecho, justo en Palenque se han hallado varios ejemplares de yugos (Cruz Romero Reference Cruz Romero2012). Otras influencias, de orden estilístico, procedentes de sitios concretos como Comalcalco, localizado en Tabasco, han sido detectadas por Becquelin y Baudez (Reference Becquelin and Baudez1988:46) a partir de los rasgos del Monumento 101. Es claro que los agentes de estas influencias transitaron desde dicha planicie a Toniná a través del corredor natural norte.

Ahora bien, si es correcta la propuesta de que en Bolonkin (o en la vecina Natentsun) se encontraba la capital de la antigua entidad política de Sibikte' (entidad con glifo-emblema cuya localización exacta hasta la fecha se desconoce), como lo hemos argumentado en otras publicaciones (Sheseña Reference Sheseña2007:18–19; Sheseña y Tovalín Reference Sheseña Hernández and Ahumada2013:113, Reference Sheseña Hernández and Ahumada2014:57), entonces, según el Monumento 172 de Toniná, Bolonkin para el año 727 d.C., pocos años después del yugo, ya era parte del territorio de Toniná, pues en dicho monumento el señor de esta última ciudad, K'ihnich Ich'ak Chahpat (quien gobernó en el periodo 723–739 d.C., según Martin y Grube Reference Martin and Grube2008:186), descendiente de K'ihnich Baknal Chahk, aparece portando el glifo-emblema de Sibikte' como apéndice al de Toniná (véase Skidmore Reference Skidmore2004).

Sibikte' es una entidad política que aparece referida para el año 528 d.C. en una pintura de la cueva de Jolja', al norte de Tumbalá, en el referido cerro de los quetzales (Sheseña Reference Sheseña2007). Sibikte' también es mencionada en una de las pinturas del clásico tardío de la cueva de Ya'leltsemen, cerca de Bachajón, en dirección contraria a Jolja', lo que proporciona una idea de la extensión de territorio que en su momento habría tenido esta entidad a lo largo del tiempo. Si Sibikte' al final terminó de alguna manera formando parte del territorio de Toniná, no es de sorprender entonces que el sitio de Chuktiepá, ubicado cerca de Jolja', presentara justo una escultura de bulto y un pedestal con inscripciones erosionadas de estilo Toniná del clásico tardío (Figura 2c), como marcando los límites de esta ciudad hacia el noreste. Chuktiepá se asienta al pie del macizo montañoso donde se localizan Jolja' y Tumbalá, muy cerca del valle del río Tulijá. La presencia de Toniná prácticamente en la puerta de entrada al área de influencia de Palenque debió azuzar aún más los problemas entre estas dos entidades políticas.

En el mismo corredor norte, pero en dirección a la Selva Lacandona, en el valle del río Naranjo, Santoton aparecía como otro de los sitios destacados. Por la existencia aquí de una estela de estilo Usumacinta, es evidente que entidades políticas de la Selva Lacandona, tal vez La Mar, mantuvieron en algún momento determinada presencia sobre Santoton y sobre el valle en cuestión. Si Toniná quería asegurarse la salida hacia la ruta de la piedra verde en la cuenca del Usumacinta, y el tráfico de mercancía hacia Tabasco y viceversa, debía entonces controlar el valle del río Naranjo, particularmente su extremo oriental. En este sentido, la presencia en Santoton de un pedestal de estilo Toniná del año 761 d.C. (Figura 2b) indica que esta última finalmente logró tener presencia ahí, y muy probablemente logró establecer ahí un punto de control para regular el tránsito de la preciada mercancía (Sheseña Reference Sheseña2017; Sheseña y Sánchez Gamboa Reference Sheseña and Gamboa2019); Santoton incluso podría haber pasado a ser un satélite de Toniná (Taladoire Reference Taladoire2017). Anaya (Reference Anaya Hernández2006) ha resaltado atinadamente la importancia para las antiguas entidades políticas mayas de controlar tanto sitios en los límites del dominio como también rutas de comunicación, no sólo para garantizar la integridad del territorio propio, sino también para acrecentarlo y extender su influencia más allá de su zona inmediata.

Si Toniná pudo controlar la circulación a través de Santoton y el mencionado valle del río Naranjo, entonces es muy probable que Toniná haya acaparado o controlado (o por lo menos haberlo intentado) el tránsito de piedra verde hacia el noroeste desde la Selva Lacandona. Ante tal supuesto, es posible entonces que la piedra verde del Motagua hallada en Bolonkin haya sido obtenida no de manera independiente por la élite de este sitio, sino que en realidad habría sido otorgada por los señores de Toniná en calidad de regalo, al igual que el yugo, en algún momento de su historia.

Toniná, ubicada en el corredor sur, podía acceder al valle del río Naranjo a través del paso natural ubicado en el área del actual poblado de Quechil (véase Blom y La Farge Reference Blom and La Farge1986:328, 392). También lo podía realizar siguiendo la dirección sureste del propio corredor sur hasta llegar al paso natural cercano a la antigua hacienda San José El Real, ruta que siguió Blom en su expedición de 1943–1944. (El corredor sur continúa su trayectoria sureste hacia la laguna Miramar, trayecto no considerado en el presente artículo.)

Respecto al corredor sur, pero en su tramo noroeste, en la salida hacia Tabasco, es necesario no olvidar la presencia aquí del sitio de Huitiupán, consumidor de cerámica Naranja Fina de la costa del Golfo (Beutelspacher Reference Beutelspacher1993:22). Que Toniná también tenía influencia en esta área lo señala la existencia de una escultura de estilo Toniná en el sitio de Tortuguero (Figura 2e; Blom y La Farge Reference Blom and La Farge1986:211, 290; Gronemeyer Reference Gronemeyer2004:55–56), entidad cercana a Huituipán y enemiga de Palenque, por lo menos durante el gobierno de Pakal (615–683 d.C.; Martin y Grube Reference Martin and Grube2008:165). Resulta enigmático por ello el hecho de que de las cuevas mencionadas cercanas a Huitiupán provengan tanto la llamada “Concha de Simojovel”, decorada con un texto jeroglífico inciso referente a Pakal (véanse fotos y dibujos en Albores Reference Albores1959:99; Green Robertson Reference Green Robertson and Robertson1976:10; Polyukhovych Reference Polyukhovych2011:1–2), como también un “cilindro de barro con cara” semejante a los hallados en Palenque (Blom Reference Blom1961:121; véase también Blom y La Farge Reference Blom and La Farge1986:212–216). Al parecer, la gente de Palenque había tenido cierta presencia en el valle de Huitiupán, lo cual habría representado para Toniná una obstrucción de esta salida hacia Tabasco y un motivo más de conflicto. El acceso pudo haber sido a través de Tila, siguiendo posiblemente el derrotero de Blom del año de 1922: Tila, Mumunil, Sabanilla, Xhoc, Naquem, y Huitiupán (Blom Reference Blom1990:227–236). No obstante, esta vía pasa por áreas asociadas a Sibikte', entidad políticamente cercana a Toniná, como ya se ha anotado. Otra ruta pudo haber sido ingresando por Tabasco, seguramente a través de Jalapa, Tacotalpa, Tapijulapa, Amatán, Sacaltic, y San Pedro. Sin embargo, hay que recordar que esta ruta transita cerca de Tortuguero. Se ignora entonces bajo qué condiciones pudieron haber llegado los objetos palencanos a este lugar. Lo que sí está claro es que Tortuguero en este contexto debió ser un indispensable aliado de Toniná en su búsqueda por el control de la salida hacia Tabasco a través de Huitiupán.

Cabe señalar que Huitiupán también era consumidor de la obsidiana de Guatemala, lo cual es sin duda reflejo de intercambios comerciales que transcurrían a través de las montañas de Chiapas (Beutelspacher Reference Beutelspacher1993:71), muy probablemente con mediación de Toniná. La conexión entre Huitiupán y Toniná seguramente transcurría a través del área de las actuales comunidades de Guaquitepec y Sitalá, a la mitad del mismo corredor sur. Como hemos visto, el viaje desde Huitiupán a Guaquitepec, y de retorno por el corredor sur, era frecuente en el siglo dieciocho (véase Viqueira Reference Viqueira1997:259, 263, Reference Viqueira, Viqueira and Ruz2004:114).

El área de Guaquitepec y Sitalá era además un importante cruce de caminos en la época prehispánica, lo cual alentaba el emplazamiento de asentamientos en las cercanías. Esto estaría condicionado por el hecho de que, como fue apuntado al inicio del artículo, en este lugar la altitud de la cordillera central desciende, creando una especie de paso entre los corredores norte y sur (Sheseña Reference Sheseña2017). Uno de los accesos al corredor norte desde el sur (y vice versa) era precisamente a través del área de Sitalá (y también la vecina Bachajón). Así fue durante la época colonial y el siglo diecinueve (Viqueira Reference Viqueira1997:279) y también en el siglo veinte (véase Blom et al. Reference Blom, Duby and Porras1954). Hasta la fecha se puede llegar a Chilón desde Sitalá y de retorno pasando por la localidad intermedia de Santa Cruz.

Por último, si en Chalchihuitán realmente se localizaba una de las fuentes de la piedra verde que consumía Toniná, tal como lo ha propuesto Taladoire (Reference Taladoire2016:15, 25), entonces la élite de esta ciudad (y la de Bolonkin) habría realizado viajes hacia allá, usando la ruta que pasaba de nuevo por Guaquitepec. El viaje habría seguido parte del mismo derrotero que cubrieron Blom y Duby (Reference Blom1954) en su viaje desde Guaquitepec a San Cristóbal, pasando por Peña Fuerte y Cancuc.

La variedad de destinos que se podían alcanzar a través de este cruce de caminos debió alentar el interés de Toniná por controlarlo. La estela y altar de Guaquitepec (Figura 2a), que evidencian la presencia de Toniná en este lugar (Taladoire Reference Taladoire2017), dan cuenta de esta preocupación y, de hecho, es posible que sean resultado del establecimiento de un punto de control de Toniná sobre este punto para regular el flujo de intercambios (Sheseña Reference Sheseña2017).

CONCLUSIÓN

En las páginas precedentes no sólo hemos reconstruido las rutas de comunicación prehispánicas presentes en una de las regiones de Chiapas menos abordadas por los especialistas, sino también hemos podido evidenciar a partir de aquí cómo, en efecto, la utilidad de estas vías alentaba, en importante medida, el emplazamiento de los sitios arqueológicos descritos en las cercanías de estas rutas y no en áreas adyacentes.

Es cierto que el daño que han causado los saqueadores en toda esta región ha sido grave en términos de información arqueológica. Sin embargo, la consideración del emplazamiento de los sitios arqueológicos en el contexto de los corredores naturales, aunado al uso de los pocos datos arqueológicos disponibles, a los datos de la etnohistoria, la epigrafía, y la iconografía, y al empleo de las tecnologías de información geográfica, ha permitido reconstruir, en determinado grado, las peculiaridades de la geopolítica conformada en esta región durante el periodo clásico.

Con respecto a ello, en los párrafos anteriores hemos detallado cómo el uso de estas vías de comunicación estructuró la interacción geopolítica en el norte de Chiapas. Dada la determinante presencia de montañas en esta área, las rutas que ahí transitaban se establecían exclusivamente a través de los corredores y pasos naturales, por lo que su control resultaba de primera necesidad para las entidades políticas locales en competencia que dependían de ello para obtener las materias primas y mercancías exógenas que requerían (cerámica fina, piedra verde, obsidiana, conchas y plumas de quetzal). En la región en cuestión, el principal interesado en esta empresa era Toniná, aunque ahora sabemos que también Bolonkin y posiblemente algunos otros sitios más. También habría estado interesada la entidad política de Sibikte', cuya localización exacta hasta la fecha se ignora, aunque todo parece indicar que se localiza en el área de Chilón-Bachajón. También participaban en esta dinámica entidades hegemónicas vecinas más allá de las montañas de Chiapas, como Palenque o los sitios del Usumacinta. Particularmente importante era el control de las salidas, ya sea hacia el Golfo de México o hacia el río Usumacinta, y viceversa, así como también los cruces de caminos internos, como el de Guaquitepec-Sitalá. Las diversas fuentes señalan que Toniná, en determinado momento de su historia, logró tener presencia en todos los rincones estratégicos en este sentido, obteniendo ventaja de ello al poder controlar el tránsito de mercancías valiosas. Este control no habría sido bien visto por las otras entidades hegemónicas señaladas, principalmente Palenque. Esta competencia por las rutas de comunicación tuvo como efecto la expansión de los interesados a través de la guerra. Pero también a través del mantenimiento de relaciones políticas diplomáticas con los vecinos intermedios (como Toniná con Bolonkin e incluso con Sibikte'), configurando de esta manera una red de alianzas, algunas de ellas posiblemente efímeras, lo que se refleja en nuestra área de estudio en la presencia de monumentos de estilo Toniná en sitios ubicados en los rincones naturales estratégicos de esta región, como es el caso de Santoton, Guaquitepec, y Chuctiepa. Las alianzas alcanzaban incluso sitios más allá de las montañas de Chiapas, como Tortuguero. Al final, parece ser que Toniná, a través de esta configuración geopolítica, logró controlar las rutas de comunicación de esta región montañosa del norte de Chiapas.

Cabe hacer hincapié en que la reconstrucción geopolítica presentada corresponde exclusivamente al momento que reflejan las fuentes disponibles, ya que la configuración en realidad, como se ha dicho, podía cambiar en diferentes momentos de la historia. Futuros hallazgos seguramente enriquecerán esta estampa.

Una conclusión adicional que se puede obtener de este estudio para el caso concreto de Toniná (aunque también para los otros sitios como Bolonkin) es que la extensión precisa de su territorio debe ser discutida y definida considerando los corredores naturales, espacios en donde en realidad estaba el foco de interés expansionista de Toniná, y a lo largo de los cuales se desarrollaba la vida cotidiana de sus habitantes, tal como hasta la fecha lo hace la población actual de estos rincones de Chiapas.

ABSTRACT

This article focuses on the reconstruction of the communication routes that passed through northern Chiapas during the Classic period. This area is one of the least studied. The result is illustrated through a map of optimal routes, published for the first time, prepared with the help of GIS. The reconstructed routes are also discussed in the article as determinants for the configuration of the local geopolitics prevailing at that time. The article has the additional merit of bringing together all the existing information that had been scattered about archaeological sites in this study area.

ACKNOWLEDGMENTS

Los autores de este trabajo desean hacer patente su profundo agradecimiento a Julio Ali Reyes Monterrosa y Dulce María Beltrán. Un reconocimiento también para todos los colaboradores del Museo Na Bolom. Asimismo, nuestros agradecimientos para Karen Bassie, Joel Skidmore, Marc Zender, Pierre Becquelin, Karl Herbert Mayer, y Eric Taladoire. Muchas gracias a los dictaminadores anónimos por sus importantes y atinadas recomendaciones.

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Figura 1. Mapa que muestra el área de estudio del presente artículo. Se muestran algunos poblados actuales y los sitios arqueológicos de Toniná y Palenque como referencia. Mapa elaborado por Lozada y Arturo Jiménez.

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Figure 2. Monumentos de estilo o influencia de Toniná hallados fuera de la capital de esta entidad política. (a) Estela de Guaquitepec, Chiapas. Dibujo de Ian Graham. (b) Pedestal de Santoton, Chiapas. Fotografía de Frans Blom. (c) Escultura y pedestal de Chuktiepa, Chiapas. Dibujos de Frans Blom. (d) Yugo de Bolonkin, Chiapas. Fotografía de Thomas Lee. (e) Escultura de Tortuguero, Tabasco. Dibujo de Frans Blom.

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Figura 3. Mapa que muestra la reconstrucción de las rutas de comunicación prehispánicas a través del cálculo de rutas óptimas sobre modelo digital de elevación de la región de estudio. Elaborado por Lozada y Cruz.